Inteligencia pasiva

A

demás de los sistemas inteligentes, entendiéndose por ello las máquinas que controlan y deciden, y los sistemas por ellos controlados en forma directa; es decir los computadores y las redes de telecomunicaciones e información junto con sus interfaces y sus elementos finales de control, son importantes los elementos no activos o no controlables directamente por las máquinas, que junto con los sistemas inteligentes complementan su labor. Estos incluyen manejo de espacios, señalización, normas y cultura.

Definición de inteligencia pasiva

Se entiende por inteligencia pasiva en este documento, al conjunto de elementos estáticos o móviles que integran el espacio y facilitan los objetivos del sistema inteligente, prescindiendo de la utilización de máquinas de computo y proceso de información y de las redes de telecomunicación de la información. Tales elementos incluyen el manejo de espacios, las indicaciones, señales y normas y la cultura ciudadana.

El manejo de espacios incluye la planeación de vías públicas, entendiendo con ellas las calles y avenidas, los andenes, las ciclovías temporales o permanentes, las vías férreas, las intersecciones, los pasos a nivel, elevados y sumidos entre distintos tipos de vías, etcétera. Comprende además la adecuación de espacios de recreación incluyendo accesos, las zonas de parqueo, los paraderos de buses, las terminales de transporte, los accesos a edificios y zonas comerciales.

Los edificios, en particular los edificios de alto tráfico de personas, impactan el espacio público de la ciudad. Por esto mismo entendemos también por manejo de espacios a la planeación de los edificios que conforman la ciudad, en aspectos tales como accesos peatonales y vehiculares, y el manejo de las zonas de recepción.

Una ciudad se compone de edificaciones, espacios públicos y personas; en una ciudad inteligente, las personas deben estar integradas a la misma como usuarios finales, pero también como actores de la misma. Para ello se requiere que cada persona sepa qué debe hacer y cómo debe actuar. La ciudad debe facilitar esto mediante una correcta señalización, mediante normas claras que den indicaciones y sean conocidas y mediante la estabilidad de las reglas de juego y la correcta información de los cambios. También se incluye el respeto que tengan los habitantes por las normas, explícitas o implícitas.

Debe entenderse que no es una dominación de las máquinas y las normas sobre el hombre o sobre cada uno de los habitantes, sino la colaboración que cada uno de los individuos preste a una mejor ciudad y donde las normas y las máquinas no son más que otro elemento que colabora, guiando en muchos casos.

Normatividad urbana

Las normas son importantes como guía para los habitantes de la ciudad, tanto en su actuar diario como en los proyectos que emprendan y afecten a la ciudad. El objeto de las normas es regular e indicar qué acciones están bien o mal hechas y cuál debe ser el comportamiento de las personas ante determinadas situaciones.

Las normas deben ser claras y precisas pero no deben restringir la libertad de las personas o entes a los cuales rijan.

Cultura ciudadana

La cultura ciudadana incluye el respeto que los habitantes de una ciudad tengan por la ciudad y sus conciudadanos.

Educación a la ciudadanía

Campañas

Conciencia pública

El espacio público

Parques recreativos

Zonas verdes

Plazas y espacios de reunión

El centro histórico

Se sugiere hacer una gran adaptación del centro histórico en barrios como la Candelaria para rescatar al mismo y convertirlo en la zona turística, cultural y comercial que ha dejado de ser. Para esto se sugiere cerrar varias de las vías al tráfico automotor y habilitar sistemas de parqueaderos que compensen el cierre de las vías. Hay que tener en cuenta que la administración distrital, departamental y nacional se encuentran en esta zona y serían un gran escollo para una restricción total del tráfico automotor.

Otra forma de restringir el tráfico es implementando un sistema de peaje urbano. Estas propuestas se enmarcan dentro de planes de desestimular el uso del transporte particular el cual debe estar complementado con planes para incentivar el uso de transporte público. Esto último debe hacerse junto con una racionalización del transporte público.

Al disminuir el tráfico automotor en zonas como el centro histórico se puede adaptar gran parte de las vías para uso peatonal y comercial informal pero regulado y se pueden suplir las necesidades de transporte implementando sistemas de tranvía o de carrozas.